Turkmenistán

Turkmenistán es un país de una superficie casi igual a la de España, y aproximadamente sólo 5 millones de habitantes. Sus reservas de gas son de las mayores del mundo y eso hace que éste se reparta de manera gratuita entre la población del país, por lo que a veces ves como dejan el fuego de la cocina encendido durante todo el día.
La nación está dirigida con mano dura desde la disolución de la Unión Soviética, primero por Niyazov y ahora por un tal Berdymukhamedov que han llenado el país con egocéntricas estatuas de color dorado.
Por cierto, en estas naciones de Asia Central, el sufijo Tan significa algo así como el sitio o el país de... Así, Turkmenistán es el país de los Turkmen, Tayikistán de los Tajik o Uzbekistán de los Uzbek. Éstas son las distintas tribus nómadas que han poblado desde largo tiempo cada uno de las naciones.
La salida de Irán y entrada en Turkmenistán fue bastante tediosa. No sé cuantas veces escribieron mi nombre en distintos formularios, tuve que declarar el dinero exacto que llevaba, las cámaras e incluso si portaba algún Kalashnikov...
A la salida de la frontera me estaban esperando algunos taxistas y como la policía no me dejaba caminar hasta el siguiente pueblo tuve que transigir a ir con uno de ellos. Al final, me recogió otro que me llevó a "hacer una excursión" a un cuartel para recoger unos militares que fueron con nosotros hasta la ciudad de Mary.
Aquí nadie habla inglés así que te las tienes que ingeniar para todo con el idioma de los gestos. Ellos te hablan en ruso o turkmen (un dialecto del turco) como si tú lo supieras de toda la vida.
Turkmenistán es un inmenso desierto que en muchos lugares han convertido por medio de riego artificial en inmensos campos de cultivo de algodón. También me encontré con muchísimas plantaciones de pino que, como es lógico, estaban secas. Más tarde me enteré que eso era otra de las excentricidades del anterior presidente.
En Mary no hay muchos hoteles así que a final acabé parando en un enorme mazacote de hormigón, herencia de la arquitectura soviética.
Por la noche apareció una tormenta de arena. No se podía ver a más de 30 m. de distancia y para colmo de males, se fue la luz de la ciudad.
Al día siguiente me levanté a dar una vuelta por el bazar. La gente es muy graciosa, cuando me veían sacar la cámara, ahí se ponían para la foto; cuando la mujer del puesto de al lado veía que le sacabas una foto a su compaňera, también quería otra. Al final me acerque a una tienda de Kodak y les di unas cuantas fotos con las que nos echamos unas risas. Hablando de sonrisas, es muy común aquí que la gente sustituyan los dientes bichados por dientes de oro y cuando digo común es que es algo completamente generalizado. Algunos tienen la boca totalmente dorada.
Las mujeres visten elegantes trajes coloristas en contraposición a los negros chadors de Irán.
A mediodía me encontré y me fui a comer con varios americanos que están viviendo allí mediante programas de cooperación. Entre otras muchas cosas me contaron lo dura que es la climatología aquí. Por lo visto, este aсo, los termómetros en invierno llegaron a -26 ° y en los veranos sobrepasan los 50°. ¡Ayyy el clima de Canarias…!