Diyarbakir y Mardin

Diyarbakir se precia de ser la ciudad de mayor identidad kurda de Turquía, con casi el 95% del total de la población de esa etnia.

Estos días me he encontrado con la hospitalidad kurda, en casi todos los lugares te van ofreciendo una tacita de té. Me pasé casi una tarde entera hablando con la gente de una tienda acerca de nuestros respectivos países. Era viernes y algunas personas me comentaron que me podía acercar a la Gran Mezquita para ver el momento de la oración. Allí fui y me senté discretamente en una esquina observando la gente rezar desde el principio hasta el fin.

Me quedé sorprendido al encontrarme en los bazares algunos herreros trabajando el hierro aún con la forja y el yunque. Para comer en esta parte de Turquía, un vegetariano lo puede pasar mal. Para que se hagan una idea, solté una mentirijilla en un restaurante y dije que lo era... para que me dieran algo de verdura y, ¿a que no adivinan que me ofrecieron? pues...¡pollo!. Por supuesto me rendí ante la evidencia y comí pollo, "como buen vegetariano que soy".

A tan sólo una hora y media de allí está Mardin. En cierto modo, el color me recuerda un poco a Jaisalmer en la India (es la foto que encabeza este blog), sólo que la principal diferencia es que Mardin se asienta sobre una ladera y eso hace que las callejuelas tengan muchos escalones y recovecos. Es una ciudad para callejear tranquilamente y sin estrés, ir a un Hamman o leer un libro.