14 jul 2008

Bishkek

Biskhek es la capital de Kyrgyzstán; una más de las capitales de marcado carácter soviético de Asia Central. También es una ciudad relativamente grande con más de 1 millón de habitantes. Me alojé durante unos días en los pequeños dormitorios de la Sabirbek guesthouse, donde el dueño y su sobrina te hacen sentir casi como si estuvieras en tu propia casa. Tras quedarme una vez más sin mi pasaporte, que se quedó "secuestrado" en la embajada de Tayikistán, me fui a dar una vuelta por la ciudad. El centro está recorrido por una amplia calle principal a los lados de la cual se encuentran algún que otro museo, el teatro ruso y edificios públicos. Me ha parecido curioso encontrarme con la estatua de Lenin en pleno centro de la ciudad. Aquí en general, o eso me parece a mí, le tienen bastante aprecio a los rusos y todavía puedes encontrar en algunos lugares antiguos símbolos soviéticos. Los kyrgyz tienen los rasgos más asiáticos aunque la tez es morena. Las chicas van muy arregladas, suelen llevar tacones altos, especialmente en las grandes ciudades. Paloma y Elisa se vuelven para España, así que después de unas semanas bien acompañado vuelvo a la vida solitaria. Para ver tanto la semifinal como la final del campeonato de Europa fui a parar a un pub donde se congregan los soldados españoles que están en Bishkek como retaguardia de las tropas de Afganistán. Fue agradable encontrarse en Kyrgyzstán en un bar donde hay 50 españoles animando a la selección y no calladito en la esquina de un bar de rusos; y mejor aún si ganamos como ha sido en esta ocasión, celebrándolo por todo lo alto. Hablando con ellos no parece que lo pasen demasiado mal; algunos hasta han encontrado sus parejas aquí y de fiesta creo que no se pueden quejar. Por desgracia, la parte más negativa de Kyrgyzstán es que hay mucho pendenciero suelto. La gente aquí bebe muchísimo vodka y cuando están bebidos suele haber muchas peleas. También hay delincuencia y los extranjeros son presa fácil así que en resumen, no es muy adecuado caminar de noche por las calles. Otra cosa que no pude evitar que me impactara muchísimo en Bishkek fue un atropello en la calle. Por supuesto, en cualquier sitio puede pasar, pero lo que realmente me angustió fue ver como el hombre yacía en la calle, quién sabe si malherido o incluso muerto, y ver como pasaban los minutos y que allí no aparecía ni ambulancia, ni policía ni nada. Y eso teniendo en cuenta que Bishkek es una ciudad bastante grande y relativamente moderna. Se imaginarán que a partir de ahí miro 4 veces antes de cruzar la calle…

1 comentarios:

Anónimo dijo...

Buenas compi:
Hace unas semanas que no seguimos tus andanzas Rosa y yo.LA excusa es buena:hemos tenido un niño. Nacio el 30 de Junio.Todo perfecto tanto la mami como el peque. Por cierto: el peque se llama Lucas. No sabemos si fue por el magnifico grupo que hicimos en el Tibet...supongo que estaba por el subsconciente. Sigue pasandotelo bien y dandonos envidia.