7 ago 2008

De trekking en el valle Geisev

En Tajikistán el transporte es bastante complicado y caro. Para moverte es necesario encontrar gente que vaya en tu misma dirección y eso no siempre es fácil. Muchas veces tienes que esperar días para cuadrar con otros viajeros. Yo quería ir a caminar un poco por las montañas en el valle de Geisev cercano a Khorog. En el hotel me encontré con Al, un norirlandés que me había tropezado por primera vez en Teherán y con dos francesas, Camille y Ariane con lo que podiamos emprender camino al valle. Al habla muy rápido y con un acento que muchas veces me cuesta seguir.
La martshurka nos condujo en dos horas hasta un puente suspendido que marca el inicio del camino. El camino sube hasta más de 3000 m. de altura a lo largo de un río de montaña. Por el camino te vas encontrando distintos lagos de colores verdosos.
Por el camino hay 3 villas de casas de adobe y no más de 15 habitantes cada una. Después de 3 horas de caminata llegamos a la primera "villa". Aquí también viven del turismo pero la gente es encantadora, creo que como en ningún sitio hasta ahora. Nos sirvieron un té con galletas y en unos minutos trajeron un acordeón, una desafinada guitarra y un tambor y se pusieron a tocar. Es muy divertido, le ponen mucha ilusión aunque he decir que tocan realmente mal. Como volvíamos al día siguiente seguimos camino hasta la tercera villa donde nos quedamos a dormir. Por las noches nos echamos nuestras buenas charlas hablando incluso hasta de política así que aprendí un poco más sobre Francia e Irlanda del Norte.
Al siguiente día la caminata hasta el fondo del valle nos llevó 8 horas d
e ida y vuelta en medio de un paisaje impresionante.
De vuelta en la villa y tras una buena cena disfrutamos de otro "concierto", esta vez con baile incluído. Una noche ciertamente surrealista...
La vuelta nos llevó casi todo el día, primero caminando hasta el valle principal hasta encontrar un coche que nos llevara hasta la carretera y luego otro par de horas hasta encontrar una martshurka... que a medio camino nos dejo tirados. Al dijo que seguro que era el filtro de la gasolina. La mayoría de los repostajes se hacen en pequeños apartaderos donde tienen un bidón con la gasolina y con una botella van llenando el depósito con lo que la gasolina es de pésima calidad. De hecho en las gasolineras de las ciudades se ve gasolina desde 72 hasta 92 octanos .
Al final tuvimos que alcanzar nuestro destino haciendo autoestop y llegamos casi que para la cena...

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola Gus, veo que por fin pudiste entrar en China pero por poco tiempo, solo de pasada, ya que vemos te encuentras en Pakistán. Me contó Patri que ahora te meterás en las montañas y podras conectarte con menos frecuencia. Ten mucho cuidado pues queremos volver a verte sanito aunque seguramente con unos kilos de menos, que dicho sea de paso no esta nada mal.Por aquí todo sigue bien. Muchos besos. La gomera

Anónimo dijo...

La verdad es que una noche entre guitarras desafinadas y acordeones malsonantes suena bastante surrealista, me cuesta no imaginar también a Petinto por ahí...tararí, tararí...
Sigue disfrutando de tu aventura.... muchos besos,
María P.

Anónimo dijo...

Pero, pero, pero....!!!!
Tanto cuento con la visa de China y no me has dado tiempo ni a enterarme cuanto tiempo has estado allí.
Si no te ha dado tiempo ni de comerte un plato de arroz.

Un beso de Cristina e Iván