7 sept 2008

De excursión en jeep hacia Deosai

Aproveché que me salió una buena oportunidad para compartir viaje y gastos y me fuí con Nicole, una suiza que sabe hablar muy bien español, hacia la meseta Deosai, muy cerca de la línea de control que separa a Pakistán de la India en el estado de Kashemir. El primer día bajamos por la KKH hasta el cruce hacia la pequeña villa de Astore. De camino hay unas vistas estupendas del Nanga Parbat y del valle que lo circunda.
En Astore dejamos las cosas en una pequeña guesthouse acorde al pueblecito. Éste tiene solo dos calles de tierra repletas de pequeñas tiendas, algún restaurante y un policía de ¿tráfico? que es un auténtico número. Como en todo el norte de Pakistán es muy habitual ver pasar los tractores cargados de gente hasta la bandera.
Desde allí subimos con el conductor hasta el lago Rama atravesando pequeñas villas en las cuales los niños se ponían a correr detrás del coche. Esta zona es un poco distinta porque hay bosques de pinos y abetos, algo que no es muy habitual en los áridos y escarpados paisajes del Karakorum
En el lago, ante otro paisaje espectacular hay algunas familias de nómadas que suben en verano con su ganado a aprovechar los pastos.
Nicole tiene unos cuantos años más que yo y es una persona con unas historias que contar pero que muy interesantes. Solo a modo de ejemplo, se encontraba en Sri Lanka cuando llegó el tsunami en el 2004. Fue terrible escuchar en primera persona todo lo que sucedió allí.
El trayecto por la meseta, siempre por encima de los 4.000 m. es también bastante distinto, muy verde y en cierto modo parecido a las praderas kyrgyz.
En el camino pasamos con el jeep uno de esos puentes suspendidos que hay en el norte de Pakistán y que siempre te preguntas si soportarán el peso del vehículo.
Tras pasar algún lago más llegamos a Skardu, famoso por ser el punto de partida para todas las expediciones que pretenden escalar los colosos del Karakorum: el K2, los Gasherbrum o el Broad Peak o las Trango Towers. En un hotel hasta vi algunas pegatinas que dejaron la gente de "Al filo de lo imposible".
Por Skardu pasa el río Indo que en este punto es muy ancho y genera hasta dunas de arenas en su ribera.
Yo decidí pegarme la paliza de volver con el conductor hasta Gilgit así que me tuve que despedir de Nicole.
La carretera hasta Gilgit es simplemente una locura. Esculpida por los ingenieros del ejército pakistaní en las laderas de piedra, en muchos de sus tramos transcurre con las rocas a modo de "techo" encima de la vía.
No había comentado hasta ahora algo que a los extranjeros nos f
ascina en Pakistán: !los camiones!. Todos los conductores tienen la costumbre de engalanar sus vehículos y les puedo asegurar que es un espectáculo de color. Algunos son auténticas obras de arte. Si se te hace la noche como a mi en esta carretera ya es la bomba pues con el reflejo de las luces parecen chiringuitos de feria andantes.
Al final llegué a Gilgit a las 12:30 de la noche , bastante derrotado porque se pueden imaginar lo que es 13 horas en las carreteras del norte pakistaní.

3 comentarios:

Lucas dijo...

Tremendo, simplemente tremendo...

Tranquilo que dentro de unos años tu no tendrás que envidiar nada a Nicole, seguro que te haces un buen "abuelo" batallitas!!
ÁNIMOOOOOOOOO

Anónimo dijo...

Hola Gus:Me encantan esos camiones engalanados, puedes ir tomando nota para la carrosa de los próximos carnavales.Papá me dijo que estuvo chateando contigo. Cuando me pongo aquí, siempre miro a ver si tengo suerte de que estés conectado pero no ocurre. Lo que me importa es que estés bien y disfrutando y es lo que veo por lo que escribes y las fotos que mandas.Que bien siempre encuentras alguien que te acompañe y no te sientas solo. POr aquí sin novedad.
Un besoooooooo. Las Gomera

Anónimo dijo...

Gus,
viendo las imágenes de frío y caminatas varias recorridas y por recorrer, me acuerdo del inventario de cosas que llevaste (salvaslips incluidos). ¿Qué tal vas de equipamiento? ¿Has conseguido ropa de abrigo? ¿te aguantan las botas?.

Saludines.
Grego.