Más Norte

De vuelta hacia Bangkok hicimos dos paradas. La primera fue en Sukhotai donde están las ruinas de uno de los pueblos dominadores de Tailandia durante los siglos XIII y XIV.
Llegamos en un tren que arrivó en la cercana ciudad de Phitsanulok a las 11 de la noche. No nos dió mucho tiempo de buscar un alojamiento adecuado así que nos quedamos en un sitio cercano a la estación de trenes cuyo pasillo central nos llevó a pensar que aquello era una antigua cárcel rehabilitada.
Por la mañana, y antes de ir a las ruinas, nos acercamos al templo de Wat Yai donde se encuentra uno de los bhudas más reverenciados de Tailandia. Decenas de peregrinos se acercan allí para hacer ofrendas y recibir en una curiosa ceremonia las bendiciones de los monjes budistas. Llegar al Parque Histórico de Sukhotai nos llevó la habitual combinación de tuk tuk (los auténticos fórmula 1 de los rickshaw) y otros medios de transporte.
Vale la pena visitar el recinto, los templos están en buen estado de conservación y rodeados de jardines. Un lugar agradable para pasar la tarde.
Antes de coger el tren nocturno nos fuimos a cenar a los restaurantes que se ubican a las orillas del río con Vanessa y Sergio, una pareja de suizos; creo que es una de las nacionalidades de las que más gente me he encontrado por el camino.
Ayutayha, la segunda parada, fue también capital de Tailandia en la antigüedad y justo después de Sukhotai en el tiempo. Es una ciudad curiosa porque está rodeada por un canal donde confluye tres ríos así que hay botes que te llevan desde una orilla hacia el centro de la ciudad. Yo llegué bastante saturado de templos, después de todo los que había visto en Bangkok y en el Norte. Escogí sólo 2 durante los 2 días que estuve allí. Me sorprendió que a pesar de estar muy cerca de Bangkok, la afluencia de turistas fuera menor que, por ejemplo en Chang Mei.
Llegamos a tiempo de recoger mi flamante nuevo pasaporte en Bangkok, dar alguna vueltita más por la ciudad y marchar hacia el sur.