6 nov 2008

En Malasia

Después de aprovechar a tope mi particular descanso decidimos seguir camino para adentrarnos hacia el siguiente país: Malasia. Casi dos horas esperando hasta que se llenara el dichoso bote en Ton Sai así que aunque inicialmente teníamos tiempo de sobra, cuando llegamos a la estación de guaguas el único bus para la frontera acababa de partir. El conductor se ofreció a ayudarnos y comenzó una carrera por el autopista para tratar de alcanzarlo. Tras diez minutos en los que parecíamos el correcaminos y el coyote conseguimos subir al bus.
Desde el autobús y cada vez que nos íbamos acercando más al sur aparecían más trazas de que vuelvo después de 15 días a territorio musulmán. Han vuelto los pañuelos en la cabeza, las mezquitas en cada esquina, inclus
o todo ello todavía en territorio tailandés. En este lado, la presencia militar es bastante fuerte y más tarde me enteraría que en esta zona en el pasado hubo alguna actividad terrorista.
Sungai Kolok es la típica ciudad fronteriza, nada en el horizonte más que la ciudad gemela del otro lado; así tras pasar la noche allí, mochila al hombro llegamos caminando hasta la aduana a primera hora de la mañana. A
quí si que da gusto pasar, gratis y sin nada de trámite, sellito de 90 días, wellcome y para adentro.
Malasia es una n
ación de 25 millones de habitantes y dividida físicamente en dos territorios principales: la Malasia peninsular y el norte de Borneo, isla compartida con Indonesia. El país camina rápidamente hacia el progreso con una economía floreciente.
Aunque Malasia es predominantemente musulmán, la libertad religiosa está garantiz
ada por el estado. Aunque las mujeres visten con pañuelo y con trajes largos (por cierto de un gusto cuando menos dudoso) no tienen ningún problema para ponerse a hablar contigo.
Nuestro primer destino en este país eran las islas Perhentian, al nordeste de la península de Malasia.
Un bote rápido te pone en la isla desde Kuala Besau (a 2 horas y media de la frontera) en tan solo media hora de navegación.
En noviembre llegará con toda su intensidad el monzón del nordeste y la
isla está ya a medio cerrar. Todavía pudimos encontrar alojamiento y algún sitio para comer. Como únicos vecinos de la cabaña habían 4 finlandeses a los cuales, por cierto, les habían robado en la playa y nada más llegar todas sus pertenencias de valor: pasaporte, dinero, cámara, tarjetas de crédito...
Las Perhentian en temporada baja son toda una gozada: en la playa, aunque no es muy grande, no solía haber más de 5 ó 6 personas al mismo tiempo. Yo todas las mañanas y nada más despertarme recorría los 50 m. que separaban la cabaña de la orilla del mar y me pegaba mi bañito matinal en las aguas celestes y siempre con un ojo en la selva que rodea la playa.
Aquí como por arte de magia han desaparecido todos l
os españoles que en Tailandia nos encontrábamos en cualquier esquina.
En los 3 restaurantes que quedan abiertos nos apelotonamos por la noche los últimos extranjeros de la temporada. Tras el primer día aprendimos lo que es el ritmo malayo, al menos en estas islas, que básicamente consiste en esperar más de 1 hora desde que te sientas hasta que te traen el, por otro lado, escaso plato de comida.
Aparte de un lugar para relajarte leyendo alg
o, Perhentian es uno de los mejores lugares de Malasia para hacer snorkelling. Aparte de los corales (mejor conservados que en Phi Phi) y de los cientos de peces tropicales nadé por primera vez en mi vida entre tiburones. Eso sí, no piensen en la película, son de tamaño pequeño (de menos de 2 metros) y muy muy tranquilotes, nadando pacíficamente entre los corales y las algas del fondo. También pude nadar con grandes tortugas de más de 1 metro de largo. Como si fuera un documental... casero

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Gustavo! Qué lujo de planeta que estás visitando!

Anónimo dijo...

Si tuviese medios económicos para tomar el primer avión lo haría rapidamente tan solo por el placer de nadar entre tortugas, tiburones y atolones maravillosos, independiente de lo atractivo que supone pisar otro Mundo, con sus templos, mercados, formas de vestir, comer y en definitiva vivir. Tus retinas quedarán impreganadas para el resto de tu vida, y nosotros oiremos con muchísima atención tus relatos y peripecias. Menos mal que nosotros tenemos el reloj con la marcha atrás puesta. Cuida tu salud y disfruta todo lo que puedas. Te quiere a.p.a.p.