20 nov 2008

Parque Nacional Bako

Me levanté temprano para dirigirme al parque Nacional Bako, uno de los muchos que están a tiro de piedra de Kuching. Cristina me dejó una nota en la recepción en la que me decía que había pasado mala noche así que me dirigí solo hacia la estación de autobuses. Ya me había pasado al ir a Semangoh que los buses aquí no salen a las horas prefijadas, a veces salen antes y te dejan tirado y otras veces mucho después, así que no puedes confiar y tienes que intentar llegar con bastante antelación a la parada. Allí estuve esperando un buen rato hasta que definitivamente salió a las 7 y cuarto de la mañana. El parque está a solamente 1 hora de Kuching pero luego, desde el lugar donde te deja la guagua y te registras, hay que coger un bote hasta la entrada real del parque. Una vez más me senté a esperar a ver si encontraba a alguien con quien poder compartir la lancha. Me uní finalmente a una familia australiana que muy amablemente me hicieron un hueco en su lancha.
El Parque Nacional de Bako está situado en la costa. Es un lugar donde se pueden ver muchos animales, especialmente cerca de la casa forestal. Hay tres tipos diferentes de monos: el proboscido que es un extraño y poco abundante mono de color marrón y de nariz alargado; el lengur, plateado y de cola grande y por ultimo los traviesos macacos a la espera de algún despistado al que sustraerle la comida o cualquier otra cosa.
Me fui yo solo a hacer la caminata por el interior del parque. Me ha sorprendido bastante como manejan el uso público en Malasia. Los senderos están muy bien señalizados y tienen distintos niveles de caminos accesibles para todo tipo de gente. Los más sencillos tienen pasarelas de madera con lo que cualquier persona puede disfrutar de su paseo por la selva o acceder a las maravillosas calas que hay en el interior del parque. Hay otros más largos para senderistas más avezados.
Además de los monos, en el parque hay serpientes y muchas, muchas enormes mariposas de colores, plantas carnívoras y distintos ecosistemas como selva costera, manglares y bosques de dipterocarpos que son coníferas que dicen que aquí pueden llegar hasta los 80 metros de altura. El camino circular me llevo 4 horas, incluyendo una desviación hasta la preciosa calita de Kecil. A menos de media hora del final cayó uno de esos diluvios universales que suelen caer en medio de la selva.
En la casa forestal conocí a Timm (que nos acompañaría luego durante el camino) y a Sari, un israelita que lleva nada menos que 12 años rotando por distintos lugares del mundo y con los que a la vuelta a Kuching tuvimos una divertida conversación filosófica.
Aquí también pude ver uno de los animales más extraños que he visto en mi vida: un cerdo barbudo con una pequeña trompa retráctil con la que va alimentándose del suelo... ¡que animales más raros se ven en este mundo!

3 comentarios:

Unknown dijo...

EEEEHHHHH!!!¿Qué tal,chaval?Hace mucho tiempo descubrí que todos los lugares tienen "su belleza"; pueden gustarnos más o menos pero todos tienen su encanto.Parece una tontería pero a mí en su momento me pareció toda una revelación. Digo esto porque al ver la foto de la calita y todas estas últimas fotos de la selva y de las playas paradisíacas, he hecho recuento mental de todas las imágenes de tu viaje y, aunque todos los lugares son impresionantes por unas u otras razones y me encantan, me voy quedando con todas aquellas imágenes de los países acabados en "-tán",jejeje;el recuerdo de los zocos, bazares, los paisajes de montaña, los glaciares y, sobre todo, los rostros anónimos de sonrisa permanente y de generosidad infinita ¿y tú, con qué lugar te vas quedando de momento? Seguro que será difícil contestar después de ver tanto y de vivir tantas experiencias, no?...porque todos los lugares tienen "su belleza"... En fins, espero que te encuentres muy bien en estos momentos y que el relax vivido en las playas te sirva para coger fuerzas y seguir disfrutando de tu aventura. Cuídate mucho, Gus.

BESITOS

ESTÍBALIZ

Anónimo dijo...

Qué tal vas por ahí. Lo raro es que te extrañes de un cerdo con trompa, pues en estos lares, sobre todo en la política, no solo tienen trompa, sino que se les nota un "morro" descomunal.Lo unico que disimulan bastante aceptablemente son las cuatro patas.Hay tantos que no se me ocurre un nombre en concreto. Con tus narraciones sigo viendo que lo estás pasando de P.M., pero mi envídia sana crece a la par que tus goces por esas tierras tan diferentes en todos los aspectos. Tienes por fin decidido ir a Nueva Zelanda aunque yo creo que al fin todo lo que estas recorrriendo tiene tanto que ver en esos contornos como en cualquier otra parte de Oceanía. Un beso y un fuerte abrazo. a.p.a.p.

Anónimo dijo...

Gustavo:
He descubierto tu blog y aunque he accedido varias veces hasta ahora no habia tenido tiempo para escribirte. Me alegro de que te lo estes pasando bomba y es alucinante la aventura que llevas, me alegro por ti. Todo esto te permitira desconectarte para siempre del urbanismo y de los contratos, despues de esto ya nada puede ser igual. Saludos